Resumen

Diversas investigaciones científicas indican que el kiwi es una destacada fuente de vitaminas, minerales, fibra y fitoquímicos. El kiwi posee una concentración excepcionalmente alta de vitamina C. Un fruto de tamaño medio puede aportar aproximadamente 90 mg de vitamina C, la cual cosa supera con creces la ingesta diaria recomendada de alrededor de 60 mg. Contiene una enzima llamada actinidina que degrada las proteínas, razón por la cual, se puede emplear para ablandar la carne antes de cocinarla y así reducir el tiempo de cocción, frotando ésta con la pulpa del fruto. También se puede cocinar el kiwi, rehogado con mantequilla, a modo de salsa agridulce, como guarnición para platos de carne. Se pueden elaborar mermeladas, sorbetes, granizados, productos de repostería e incluso licores con o sin alcohol. Se pueden encontrar kiwis durante todo el año porque hay un relevo entre las distintas épocas de cosecha de cada país productor. Los kiwis pueden llegar a conservarse 6 meses y la maduración es lenta, se produce a temperatura ambiente y para acelerarla, pueden guardarse junto con manzana o plátano, que desprenden etileno; sin embargo, si se quiere retardar la maduración y así ampliar el tiempo de conservación, ésta práctica no es aconsejable.